Ciencia y Médicos han tenido que retractarse sobre la COVID 19

Consultorio Virtual Dr. Abraham Alí

La COVID 19 ha traido una cantidad importante de conceptos erroneos, unos precipitados, otros completamente falsos, producto de la especulación.

Ello ha obligado a que nos encontremos con más frecuencia de lo usual, con el retiro de documentos de las revistas científicas y de las páginas web. En este blog, citaré algunos ejemplos, para que los lectores puedan comprender la dimensión de lo que está sucediendo, por el afán de publicar de modo inmediato, antes que otro colega publique conceptos similares.

Una revista tardó tres días en aceptar un artículo COVID-19 y fueron necesarios dos meses para retractarlo. El artículo, “El SARS-CoV-2 infecta a los linfocitos T a través de su fusión de membranas mediada por proteínas en punta”, apareció a principios de abril en la revista Cellular & Molecular Immunology. La mayoría de los autores tienen su sede en China, y uno de ellos es la excepción, Shibo Jiang, un destacado virólogo con afiliación conjunta en el New York Blood Center. Justificado por las limitaciones de la pandemia no usaron células T humanas, se analizaron células en un esquema similar al que se presenta con retrovirus en VIH. Estas células no tienen receptores ECA y por tanto era improbable que se infectaran con SARS CoV2 los linfocitos y tampoco habría deteriorado el sistema inmune como afirmó la publicación.

Yang Yang publicó en MedRXiv (un repositorio de información médica, que luego pasa de modo definitivo a otras revistas médicas), sobre casos de vigilancia de COVID-19 identificados antes del 26 de enero de 2020. En febrero el número total de casos confirmados en China continental había llegado a 18 veces el número de su manuscrito. Si bien los métodos y las principales conclusiones de sus análisis originales seguían siendo correctos, decidieron retirar esta preimpresión y la reemplazarían por una versión más actualizada y con un número mayor de pacientes. 

Al iniciar marzo fue publicado: “An epidemiological investigation of 2019 novel coronavirus diseases through aerosol-borne transmission by public transport,” en la revista Practical Preventive Medicine y luego retirado a mediados de abril. Manifestaban que el brote de COVID-19 se transmitió por transporte público, lo que resultó en 11 casos confirmados, incluido un caso asintomático. La distancia de transmisión más lejana de COVID-19 en el autobús hermético con aire acondicionado alcanzó los 4,5 metros. Este virus podría flotar en el aire durante al menos 30 minutos y causar una infección. Los investigadores concluyeron: la COVID-19 tiene una fuerte transmisibilidad y puede transmitirse por aerosol en un ambiente cerrado. Para prevenir infecciones, la protección personal debe hacerse bien al tomar transportes públicos, y debe garantizarse la ventilación y el volumen de aire fresco en los transportes públicos, y la limpieza. y la desinfección en el carro debe hacerse bien. Todas estas afirmaciones trajeron pánico y debían tener unas bases más sólidas en cuanto a investigación y características de contagio. Por consiguiente, fue retirado el artículo al tener algunos componentes especulativos. 

Las publicaciones más famosas sobre retiros de la literatura son las de hidroxicloroquina. En mayo de 2020 fue retirado el artículo y los autores solicitan no citarlo en otras revistas médicas. “Hydroxychloroquine plus azithromycin: a potential interest in reducing in-hospital morbidity due to COVID-19 pneumonia (HI-ZY-COVID)?” Debido a la controversia sobre la hidroxicloroquina y la naturaleza retrospectiva de su estudio, tenían la intención de revisar el manuscrito después de la revisión por pares científicos y no se ha conocido más información al respecto luego de su retiro. Igualmente el artículo “Hydroxychloroquine or chloroquine with or without a macrolide for treatment of COVID-19: a multinational registry analysis,” publicado en The Lancet en May 22, fue retirado el 4 de junio. Tres de los autores se han retractado del estudio. No pudieron completar una auditoría independiente de los datos que sustentan su análisis. Llegaron a la conclusión de que «ya no pueden dar fe de la veracidad de las fuentes de datos primarias». The Lancet manifestó que se toma muy en serio las cuestiones de integridad científica y hay muchas preguntas pendientes sobre Surgisphere (la compañía farmacéutica que patrocinó la investigación) y los datos que supuestamente se incluyeron en este estudio. Siguiendo las directrices del Comité de Ética de Publicaciones (COPE) y el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (ICMJE), se necesitarían revisiones institucionales de las colaboraciones de investigación de Surgisphere. 

Como si lo anterior fuera poco lo mismo sucedió con “Cardiovascular Disease, Drug Therapy, and Mortality in Covid-19,” publicado en New England Journal of Medicine en Mayo primero y retirado el 4 de junio. Debido a que no todos los autores tuvieron acceso a los datos sin procesar y los datos sin procesar no se pudieron poner a disposición de un auditor externo, no podían validar las fuentes de datos primarias del artículo, “Enfermedad cardiovascular, farmacoterapia y mortalidad en Covid-19 ”. Por lo tanto, solicitaron que se retirara el artículo. Y pidieron disculpas a los editores y lectores de la revista por las dificultades causadas.

Otro de los lamentables sucesos ocurrió con “Effectiveness of Surgical and Cotton Masks in Blocking SARS–CoV-2: A Controlled Comparison in 4 Patients,” publicado el 6 de abril en the Annals of Internal Medicine y retirado el primero de junio, allí se concluyó que tanto las mascaras quirúrgicas como las de algodón parecían inefectivas en prevenir la diseminación del SARS–CoV-2 derivado de la tos de los pacientes con COVID-19 al medio ambiente y a la máscara misma. De este estudio se concluyó que todo era erróneo o engañoso, el resultado principal de este estudio es que se encontraron concentraciones más altas de SARS-CoV-2 en el exterior de las mascarillas que se tosieron en comparación con el interior. El hecho de que se haya determinado que el virus está presente en el exterior de la máscara no es sorprendente. Las mascarillas quirúrgicas y de algodón son tejidos que simplemente absorben cualquier gota con la que entren en contacto. Las concentraciones más altas que se encuentran en el exterior de las máscaras pueden deberse a que se frotaron primero el exterior de las máscaras (lo que puede eliminar parte del virus) en lugar del interior. Los resultados deben compararse con frotar primero el interior y luego el exterior. Por este y otros detalles, el estudio no aportaba al conocimiento médico y fue retirado. 

Como último ejemplo el estudio sobre “Ivermectin in COVID-19 Related Critical Illness,” presentado en abril en la revista SSRN fue retirado en mayo, dado que la empresa Surgisphere siembra confusión sobre otro fármaco COVID-19 no probado y que no hay suficientes bases para su utilización en la práctica clínica.

Estos casos muestran la realidad que vivimos en cuanto a la COVID-19 y nos debe impulsar a la responsabilidad en la información que brindemos a lectores, médicos y pacientes y anteponer la verdad y la evidencia a todos los deseos personales para mostrar que un medicamento funciona o no lo hace.

Lecturas Recomendadas

Patterns of COVID-19 Mortality and Vitamin D: An Indonesian Study, published on SSRN on April 30, 2020. Retraction date unknown. (Hat tip to HealthNerd)

https://retractionwatch.com/retracted-coronavirus-covid-19-papers/
https://theconversation.com/la-covid-19-revoluciona-el-sistema-de-publicacion-cientifica-143289
https://www.xataka.com/investigacion/mas-de-cien-articulos-cientificos-retirados-por-fraude-son-una-llamada-de-atencion-o-cambiamos-el-sistema-o-tendremos-problemas (documento antiguo pero sirve como antecedente).
https://theconversation.com/controversias-en-la-investigacion-del-coronavirus-muestran-que-la-ciencia-esta-funcionando-como-deberia-143391  

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